martes, 12 de octubre de 2010

NO ME GUSTA ESTE LUGAR









Un asilo de ancianos es el lugar donde personas mayores que no necesitan necesariamente asistencia hospitalaria, pero si cuidados especiales, acuden en algunas ocasiones voluntariamente.

Otras muchas veces sin embargo por motivos económicos o del trabajo de sus familiares, los aboca a llegar a esos lugares en contra de su voluntad.




















JUVENTUD PERDIDA


Una pareja de ancianos
con la juventud perdida,
descansan bajo la sombra
lo que les queda de vida
en aquel lugar tranquilo.
Él, con la cara triste,
su rostro, envejecido.
Ella, ausente, callada,
esperando en el asilo
el premio que han merecido
por los desvelos constantes
que a lo largo de su vida
tuvieron para sus hijos.
Cuando por fin se deciden,
comentan entristecidos
que después de mucho andar,
después de largo camino,
han viajado por la vida
llegando a ninguna parte,
y recuerdan paso a paso
el sendero recorrido.
La anciana hace una mueca.
¿Una sonrisa? ¿Un quejido?
Los ojos se le acristalan
y por sus negras ojeras,
se deslizan unas gotas
de color muy cristalino,
las lagrimas que quedaban
se secan en el camino
al cruzar los grandes surcos
de su rostro envejecido.
El anciano cabizbajo
ayudado por su esposa,
con los ojos empañados
y la ayuda del cayado,
se alza medio encorvado.
Saca fuerzas de flaqueza
y con voz entrecortada,
grita desesperado:
¡Dios ¿Estás ahí? No te veo!
Tú eres padre, yo también,
y si tu exiges amor
entre nosotros tus hijos...
¿es que yo no me merezco,
que a mí me quieran los míos?
-Ahora se escucha el silencio.
La anciana suelta un suspiro.
Con una mirada tierna
y las manos temblorosas,
abraza a su anciano esposo
que balbuceante solloza,
lanzando su mirada errante
a la verja del asilo
esperando como siempre,
la visita que no llega,
de sus hijos... de un amigo.

      Anbairo