miércoles, 13 de enero de 2010

AMANECER



Foto captada por Anbairo
Los olivos cargados de frutos en su mayoría negro perla, se agitan junto a las hojas plateadas de los bellos árboles aceituneros bailando al ritmo desenfrenado que les marca el fuerte viento que ahora se ha desencadenado como presagio de la cosecha que se aproxima y un manto como bordado a mano aparece en el suelo ahora húmedo, ribeteado en sus extremos por la nieve que se consume después de unos días gélidos, bajo cero, donde las aceitunas duermen esperando ser trasladadas a la almazara para convertir su jugo en el preciado oro líquido.
Cuan hermosa es la nieve-
El espectáculo es digno de mención y los colores quedan prisioneros en mi retina que se siente orgullosa de ser tan privilegiada: Los olivos verde zinc moteados con el contraste de su fruto negro,verde,... !Qué maravilla¡ y los naranjos frondosos nos presentan sus frutos como guirnaldas, llenando de color y perfume el paisaje que ahora con colores crepusculares me dice adios y quedo exausto ante tanta belleza.
La luz se marcha dejándo la retina de mis ojos llena de colores, tántos como sensaciones vividasa lo largo de mi existencia.
Recuerdo y siempre que tengo ocasión hago mención de ello, cuando de pequeño caminaba con mi madre por las calles de Cartagena, cogido de la mano con aquellos pantalones cortos y esos zapatos de goma de color marrón simulando cordoneras. Mi madre mujer creyente, cada vez que pasaba por la puerta de una iglesia, tenía por costumbre santiguarse y yo la imitaba haciendo lo mismo que ella, pero una de las veces: (falsa alarma) mi madre se rascaba la nariz y yo , caí como un ingenuo que era y me santigüé en toda regla siendo motivo de que mi madre embozara una sonrisa.
Sentimentos encontrados van y vienenen como viajeros y me viene a la memoria poema que escribi cuando en un momento determinado de mi vida, mi fe no era del todo lo fuerte que yo deseaba.


Foto captada por  Anbairo




AMANECER SONRIENTE

Amanecer sonriente
sonriente despertar
caminas durante el día
pero al llegar el ocaso
te vas sin mediar palabra,
dejando el día triste,
avergonzado, obscuro,
tapado con manto negro.
El silencio es tu palabra
no te marches, vuelve acá
caminemos siempre juntos
tu la luz, yo libertad.
¿No ves que por separado
es difícil de lograr
lo que todos deseamos?
Ahora te necesito,
mañana será muy tarde.
La luz y la libertad
unidas hacen la fuerza,
¿separadas?
siento tener que decirlo,
nunca llegan a lograr
eso que nos hace falta,
la paz, la tranquilidad.
Amanecer sonriente
sonriente despertar
escúcha pues muy atento
la plegaria, mi plegaria.
Vuelve otra vez con nosotros
deja la noche atrás.
Camina durante el día
junto con la libertad.

Anbairo.