miércoles, 19 de mayo de 2010

NO TE TENGO MIEDO





Mi vida gira alrededor del tiempo y mis sentimientos, obedecen a los impulsos que día a día han marcado mi existencia. A veces buenos, otras no tanto.
Este relato, es la recopilación de una vida llena de experiencias vividas por una mujer que tuvo que dejar todo cuanto tenía por culpa de un maltratador

Soledad es el personaje central  y aunque el nombre no corresponde a nadie en particular, los hechos y las experiencias vividas son relatos de una de las muchas mujeres que han sufrido en silencio la vejación y el maltrato tanto corporal como  psicológico de sus maltratadores.-----



NO TE TENGO MIEDO


El sonido de la cántara en la pared del porche sobresaltó a la adormilada Soledad, que a la vez que bostezaba, se rascaba con insistencia sus desordenados cabellos. 
Hacía mucho frío en la vieja casona y apenas unos rescoldos en la chimenea y su viejo y fiel compañero “Canuto” era lo que le quedaba después de una larga  y tormentosa andadura por la vida. Se frotó las manos para entrar en calor, levantó los brazos y volvió a bostezar al tiempo que cerraba con fuerza los ojos y hacía estiramientos con el cuello que se le había quedado agarrotado después de llevar no se cuanto tiempo sentada en la mecedora de anea que le había regalado su padre. Siempre la recordaba en aquel lugar, inamovible. 
Probablemente había sido anteriormente del padre de su padre o Dios sabe de donde procedería aquella vieja pero aun servible mecedora. A ella no le importaba, le tenía un gran cariño y aunque el respaldo necesitaba una pequeña reparación, la ponía de vez en vez frente a la humeante chimenea y en ella se quedaba traspuesta, pasando gran parte de su tiempo recordando venturas y desventuras, amarguras y  sinsabores acaecidos a lo largo de su corta pero agitada existencia.
En el techo junto a una gran grieta, una lámpara de bronce en forma de araña ocupada por dos enormes telarañas que en ella se habían formado a través del tiempo y colgando  apenas dos sucias bombillas en forma de vela, hacían que el salón  pareciera sombrío a la vez que poco acogedor.

Se sentía abatida, hastiada. Apenas salía porque tenía miedo. 
Aparentaba algunos años más y su dejadez la había llegado al extremo de no importarle nada la vida.





SOLEDAD

Blusa  ceñida al cuerpo y
una diadema de  flores  cogida al pelo,
 acrecientan tu hermosura,
cuando caminas erguida,- Soledad.-

Porte y figura, sonrisa amable.
Buenas maneras y compostura,
algunas de las virtudes
de tus dieciocho años, -Soledad.-

Escucha. Cierra los ojos.
¿Oyes los golpes acompasados
que con ritmo de timbales
 suenan dentro de tu pecho?
¿Qué mozalbete será el culpable?

Tu corazón ya no late.
Baila al compás 
de una música celeste
 y tú te dejas llevar, 
porque estás enamorada.

Han pasado algunos años
y aunque conservas tu encanto,
 tu rostro se ve cansado.
Has dedicado tu vida 
a fomentar tu familia.

Luchadora incansable, 
mujer madura.
Te has volcado en los demás
perdiendo mucho de ti,
perdiendo tu identidad.

Ama de casa solvente, 
esposa sacrificada.
Mujer honrada, decente,
 madurez de treinta años, 
ojos sin brillo,
cara deforme, rostro apaleado.

Espanto, miedo y ternura 
es tu imagen, - Soledad.
Tu único delito:
 El amor, el sacrificio,
 fidelidad, comprensión.

Pero tu mayor desgracia,
 haber escuchado aquél día
con solo dieciocho años
 la llamada de tu puerta,

 la puerta de tu corazón.,
 de una mala persona
que no supo llegar a ti
y por envidia, o por celos,
Se hizo maltratador.
                                                                                                 
                                                                                                Anbairo
                                                                                  Safe Creative #1005316469250
 P.D.  “Cobarde”