miércoles, 16 de diciembre de 2009

QUERIDOS REYES MAGOS





Hace un día espléndido aunque el fuerte aire sacude con fuerza los árboles que se agitan de un lado hacia otro, como bailando, sacudiendo sus ramas y esparciendo las hojas caducas que se resisten a abandonar el hogar que durante una temporada les ha servido como morada.
Desde el lugar donde me encuentro, (privilegiado), sentado en la mecedora de madera y mimbre que nos regaló el padre de mi esposa y suegro mío, observo cada detalle y me recreo mirando el entorno que me brinda una vez más la naturaleza.
Las nubes blancas, como copos de algodón sobre el cielo celeste, me obsequian cuadros intermitentes que dibujan siluetas que yo interpreto a mi antojo.
Cierro los ojos y siento que soy afortunado, aún diría más; muy afortunado. Tengo salud a Dios gracias, una familia que se preocupa por mi, una situación económica que aunque no es muy exagerada, cubrimos las necesidades básicas y un lugar donde me puedo sentir realizado, el lugar donde me encuentro.
!Cuantas personas sufren necesidad¡ Pienso en ellas y me traslado lejos de mi entorno.
Sueño que duermo y lucho por despertar para poder apreciar las maravillas que durante mi letargo han sido destruidas por manos ajenas.
Voces sin sonido escucho. Detonaciones monstruosas, lamentos, llantos de niños hambrientos y caras sin sonrisas de mujeres suplicantes.
Zonas blancas, obscuras. Risas, lamentos, angustia y desesperación son mis compañeros de viaje en tal absurdo sueño.
En la calle: gentes que van y vienen sin retorno, caminando como marionetas enloquecedoras y se agitan bajo el dominio de voces sordas, sin sonido, que con manos vestidas de guantes obscuros las manipulan para hacer su voluntad, aunque sea la menos acertada.
En mi sueño, ahora fuera de la dimensión en la que me encuentro, me transformo, dejo de ser el que soy, y escribo:

Sentada, con la mirada perdida frente al armario verde, cerrado con llave en aquella habitación que ahora me parece demasiado grande y que años atrás había compartido con mi hermana, recuerdo nuestra niñez con nostalgia. Pobrecita mía, a pesar de que al final de sus días no me reconocía, no dudó antes que eso sucediera en entregarme todo lo que tenía guardado: Una pulsera de brillantes que le había regalado un novio que tuvo y que se marchó a Francia para probar fortuna y nunca volvió; varios encajes que había bordado con esmero para su noche de bodas y que nunca fueron estrenados...

Me encuentro sola, con mis recuerdos. Mis padres hace años que faltaron y yo me había comprometido a cuidar de mi pequeña hermana, pero no pude disfrutar mucho tiempo de ella. Lo esperaba todo de mi y yo no supe darle nada.
En repetidas ocasiones recuerdo lo felices que éramos los cuatro: mi padre, mi madre, mi hermana y yo... Siempre he tenido debilidad por mi madre y mi hermana. A mi padre lo recuerdo pálido y sudoroso, envejecido; mi madre con algunos kilos de más y ojos grandes, expresivos.
A veces me miro al espejo y en él se refleja el rostro de mi hermana. - Era tan dulce-, que me niego a la resignación de estar sin ella. De entre sus recuerdos, guardo con especial interés aquélla carta que escribí hace muchos años a los reyes magos. No se porqué era ella quien la tenía como recuerdo. A menudo la leo y ahora, medio desgastada, tengo necesidad de leerla de nuevo.


Queridos Reyes Magos:
Soy una niña de diez años. Sé que soy un poco mayor para pediros cosas, pero este año me he portado muy bien.
Me llamo Esperanza y tengo una hermanita más pequeña que yo.
He obedecido en todo a mi profesora. En clase procuro no enredar, en casa hago todo lo que me mandan y procuro no pelearme con mi hermanita, aunque algunas veces sin darme cuenta la hago enfadar. Se que eso no está bien pero luego me arrepiento y le pido disculpas.
También algunas veces he mentido, pero a vosotros soy incapaz de mentiros porque sé que lo sabéis todo y luego si me porto mal no me traéis lo que os pido.
Os voy a contar lo que me pasó el otro día:
Estaba jugando con unas niñas en un jardín cercano a mi casa y una niña a la que nunca había visto me pidió que la dejara jugar conmigo. Al principio le dije que no, pero luego me dio mucha pena y le dije que podía jugar. Ella se puso muy contenta y me pidió que le dejara mi muñeca. Se la dejé y seguí jugando con otras niñas. De pronto se puso a llorar y no sabía que le sucedía. Me acerqué y le pregunté:
-¿Qué es lo que te pasa?
La niña no me contestó, -no paraba de llorar.
-¿Cómo te llamas? -pregunté de nuevo.
La niña levantó la cabeza y con la muñeca cogida entre sus brazos contestó sollozando: -Me llamo... me llamo Libertad.
Está bien -le dije- no llores, tienes la muñeca y puedes jugar con ella todo el tiempo que quieras. Yo me llamo Esperanza y si tu quieres podemos ser amigas.
La niña se puso muy contenta y dejando de llorar, se levantó y me dio un beso, luego, dejó la muñeca en el suelo y se marchó corriendo sin que pudiera detenerla.
Cuando la niña se marchó me sentí muy triste. Pensé que se había marchado porque yo la había molestado, pero os digo la verdad, no le hice nada malo, solo quería ser su amiga.
Me marché a casa y no le conté nada a mi mamá, no quería que me regañara, pues seguro que pensaría que se había marchado porque no la había dejado jugar conmigo.
Queridos Reyes Magos: me tengo que ir a la cama, mi mamá me lo ha dicho y no quiero ser desobediente; así que hasta mañana.
Recuerdo como si de ayer se tratara aquella noche feliz, interminable.
Antes de acostarme, coloqueé los zapatos junto a la puerta... Contenta con tan poco, me enredé en las sábanas suspirando con ilusión.
No tardé mucho en levantarme de nuevo, me sentía egoísta. Había puesto mis zapatos en los pies de mi cama y había olvidado los de mi hermana. Los puse junto a los míos y desobedeciendo a mi madre, continué la carta que momentos antes había dejado a medias.
Hola queridos reyes, ya estoy otra vez con vosotros para continuar mi carta. Como os decía, la niña que había jugado con mi muñeca, había desaparecido y no la volví a ver hasta dos semanas más tarde. Se acercó de nuevo para pedirme la muñeca y estuvimos jugando un buen rato.
-El otro día te fuiste corriendo, ¿Qué es lo que te pasó? -le comenté.
-No te puedo decir nada, mi mamá no quiere que hable con nadie extraño.
-Yo no soy una extraña, soy tu amiga, estás jugando con mi muñeca.
-Yo no puedo tener amigas.
-Pero... yo quiero ser tu amiga.
-Está bien, pero si te digo un secreto no se lo dirás a nadie ¿lo prometes?
-Te lo prometo.
-Mira Esperanza, yo no puedo tener amigas porque si se enteran que mi papá es policía, lo matan.
-¿Estás segura?
-Segura, por eso no quiero que nadie lo sepa. Yo quiero mucho a mi papá y no quiero que le pase nada.
-No te preocupes, será nuestro secreto.
Queridos Reyes Magos, perdonarme si el papel está un poco emborronado, es que las lágrimas se me salen solas y no tengo otro papel.
No, si no lloro mucho, es que me da mucha pena lo que le ha pasado a mi amiga.
Yo no he dicho nada, os lo puedo prometer. Yo no me he chivado a nadie de que el papá de mi amiga es policía... Ahora no puedo jugar con Libertad. Sabéis, a lo mejor vosotros la habéis visto, porque mi mamá me ha dicho que está en el cielo y vosotros como sois magos, lo sabeis todo y todo lo veis. A vosotros no os puedo mentir; yo no he dicho nada.
Queridos Reyes Magos: ¿Porqué algunos son tan malos?
El domingo pasado cuando mi amiga se iba con sus papás de fin de semana, se oyó una gran explosión. Yo estaba en el jardín. Sentí mucho miedo y no me atrevía a salir. La gente corría de un lado hacia otro y de pronto empezó a salir mucho humo. El coche de mi amiga estaba ardiendo y los papás de mi amiga salieron y tenían mucha sangre en la cara y en las manos, pero mi amiga Libertad no salió. Ella....ella estaba muerta.
Queridos Reyes Magos, yo no he tenido la culpa. La gente dice que no hay paz, que no hay esperanza.
Mi hermanita se llama Paz, yo me llamo Esperanza. si os podemos servir para algo algo, aquí estamos.
Bueno no quiero molestaros más, solo deciros que sois muy guapos.
Aquella noche, dando un suspiro de satisfacción cerré los ojos y me dormí orgullosa, no sin antes ojear de nuevo los zapatos junto a la puerta de la habitación.
No se porqué mi hermana guardaba aquella carta. Nunca lo sabré.
Ahora, sentada en la habitación, frente al armario verde cerrado con llave, sola con mis recuerdos y esta carta de Esperanza; mi carta a los Reyes Magos, sueño que duermo y lucho por despertar, para poder apreciar las maravillas que durante mi letargo han sido destruidas por manos ajenas.
MI AMIGA LIBERTAD Y MI HERMANA PAZ HAN MUERTO, YO ESPERANZA, SIGO VIVA.

Anbairo


.
 MANO AGRESIVA DE GUANTE OSCURO


Mano agresiva de guante oscuro
que con zarpazo aplastante
azotas caminos,
destruyendo a tu paso
el sendero de la vida,
pensando tan solo
en tu sed insaciable
de venganza cruel.


Horribles escenas
las que provocas,
siendo al tiempo: directora.
actora y espectadora
de tan sucio delito.


!Mano agresiva¡
!Mano de guante oscuro¡
¿Duermes tranquila,
terminada la función
de la siega de la vida?.


Duerme, duerme para siempre
y no despiertes.
No sueñes, queda en las
tinieblas para siempre,
como has vivido y actuado.


!Zarpazo aplastante¡
!Mano de guante oscuro¡
Grita jubilosa por tu ruín actuación,
pero no esperes ayuda.
Sigue tu camino errante,
jamás exijas perdón.

                         Anbairo


lunes, 14 de diciembre de 2009

PRIMAVERA


Los rayos de sol traspasan su luz luminosa tras las rendijas de la ventana de madera, anunciándome que es hora de abandonar la cama.Hace un día espléndido, el campo está lleno de vida, las flores en su mayoría rosas, llenan de encanto y perfune este lugar y me recreo mirando el espectáculo que me ofrece este día, 26 de abril, que casualmente o nó, coincide con la fecha de nacimiento de la mujer que me ha acompañado a lo largo de mi vida desde que yo tenía diecinueve años. María Dolores, "Loli",mi esposa y compañera, la que ha estado a mi lado en lo bueno y en lo malo, la que me ha demosrado su cariño incondicional y su amor a pesar de todo.
Es Primavera, y su fragancia y su luz me trasladan, me recreo en mis recuerdos y cojo la cámara para inmortalizar todo lo que la retina de mis ojos me ofrece.







PRIMAVERA
El campo estalla en primavera cuando te asomas a mi vida
y profundizas en mi sentimientos.
Los prados, verdes, frescos, rebosan preñados de luz
cuando sales a la calle.
Primavera de abril cercana a mayo...
Las flores multicolores y el rocío, bañan la madrugada
como llanto que anuncia el renacer de la vida.
Dios te ha puesto en mi camino para sentir el amor.
Dios te ha puesto en mi camino para compartir dolor.
¿Quién eres, que a pesar del sufrimiento aún siques a mi lado?
Un ángel -oigo una voz que susurra dentro de mi interior.
¿Un ángel par guiar mi camino, o para velar por mi?
Dame tiempo ángel mío.
Dame tiempo para poder demostrar lo mucho que yo te quiero.
Quiero tiempo para gozar de ti.
Quiero vida para demostrarte amor.
Quiero amor para besar tu boca.
Quiero boca para decir: Te quiero.
!Te quiero por tántas cosas...¡
Dios te ha puesto en mi camino como mi ángel de amor,
que me cuidas, que me mimas y que tambien me reprochas
cuando algo no te gusta, aunque me cause dolor.
!Te estoy tan agrdecido...¡
Has convertido mi vida en algo bello y hermoso.
Estando junto contigo, encontré paz interior.
No me dejes nunca solo, no me dejes nunca amor.
Juntos formamos pareja y me siento muy dichoso.
Cuando el campo estalla en primavera, la primavera eres tu.
Cuando el rocío baña los campor en la madrugada
con flores multicolores, ese rocío eres tu.
Cariño, mi ángel... Quiero tiempo para gozar de ti.
Quiero vida para demostrarte amor
Quiero amor para besar tu boca.
Quiero boca para decir... TE QUIERO.


Con todo mi cariño para la mujer de mi vida

Anbairo

jueves, 10 de diciembre de 2009

CARTAGENA CIUDAD DEPARTAMENTAL



Las hojas caducas de los árboles caen como lluvia azotadas por el fuerte viento y el cielo trata de ocultar su tono amarillo-rojizo cuando el último trino del pájaro se escucha como una melodía. Sacude sus pequeñas y suaves alas como haciendo estiramientos y agita su cabeza con movimientos acompasados, frotando su pico sobre una de las ramas del viejo azarollo o quizás zarahollo no sé, nunca supe el nombre verdadero de este precioso ejemplar, autóctono según algunos del lugar donde me encuentro. El pajarillo al sentirse observado inclina su cabeza, alza el vuelo y se pierde en la lejanía, quedando de nuevo absorto en mis recuerdos; con la mirada perdida, volviendo una vez más a los recuerdos que me hacen daño pero que forman parte de mi y que me axfisian. La brisa, ahora fría me hace reaccionar y me incorporo. El sol se ha perdido entre las montañas y de nuevo "Rocco" con su movimiento de rabo y un bostezo, me avisa para que nos metamos dentro de casa, donde nos espera la chimenea humeante y el confortable sillón, uno para mi fiel amigo y otro para mi.
Son las dos de la madrugada. El viento ruge con fuerza en el silencio de la noche y las cortinas de tiritas plastificadas golpean incesantes la puerta de la entrada de la vivienda, poniendo a "Rocco" en alerta.
La luz del interior de la casa está apagada, solo el destello de la pantalla del televisor y la lengua de fuego de forma irregular como siluetas de fantasmas que dentro de la chimenea bailan desenfrenadamente, ilumina mi entorno y en silencio observo el comportamiento del perro, que si, protesta pero sigue recostado en el sillón y ante esa actitud me tranquilizo. Un vaso de leche calentita para mi y un plato lleno de pienso para mi fiel amigo asi como una caricia sobre su lomo peludo y un movimiento continuo de su enorme rabo anuncian el final de la jornada. El perro, despues de engullir gran parte de su ración de pienso, dá un salto ocupando gran parte del sofá y a mi, me espera la cama que ahora que la ocupo solo, me parece exageradamente grande y fría.
Me cuesta conciliar el sueño, y mis pensamientos ahora se trasladan al pasado. Hace mucho tiempo que salí de mi Ciudad donde había pasado la mayor parte de mi vida, El recuerdo de mis amigos adolescentes, de mis profesores, de toda mi familia, se me agolpaban como lluvia caída del cielo. Cartagena, allí nos casamos mi chica y yo y allí nació uno de nuestros hijos.




SOÑABA QUE YO SOÑABA


Soñaba de madrugada
que estaba yo en Cartagena
y su gente me quería.
Soñaba que yo soñaba
y desperté al otro día
Soñaba con Cartagena
y de su tierra manaba
el manantial de la fé,
de la paz y del amor,
el manantial de la vida.
Soñaba que yo soñaba,
que despertar no quería.
Soñaba de madrugada,
y desperté al otro día.
Si despertar es vivir
sin amor, sin alegría,
perfiero no despertar
y dormir como aquel día
cuando soñé que soñaba
que estaba yo en Cartagena
y su gente me quería.
Soñar despierto no es sueño,
pero si sueño que duermo
no despierto al otro día.
Sueño con mi madrugada
y bebo del manantial,
el manantial de la vida.
Por eso dormir no quiero
tengo miedo a despertar.
Quiero estar en Cartagena
y beber del manantial
que de su tierra brotaba,
cuando soñé que soñaba.
 
                    Anbairo

jueves, 3 de diciembre de 2009

MI CAJA




Cuanto tiempo ha pasado desde entonces y cuantos sinsabores a lo largo de mi camino, de mi difícil camino. Pero no todo ha sido negativo, hay momentos de mi vida a los que no renunciaría jamás y bien sabe Dios que volvería a pasar por esos dificiles momentos si con ello volviera a disfrutar de lo que la vida ha pueso a mi alcance aun sabiendo el daño que me causa tan solo recordarlos.
Si alguien me preguntase: ¿Eres feliz?, mi respuesta ante tan comprometida pregunta sería : ¿Qué es la felicidad?. Lo que si tengo muy claro es que me siento muy afortunado. Tuve unos padres que lo dieron todo por mi, que me educaron, que me ofrecieron su tiempo y su amor incondicional y una gran caja llena de buenos recuerdos, llena de buenas acciones y sobre todo llena de amor por y para la familia.






MI CAJA

Tengo una caja guardada
desde hace mucho tiempo
fue regalo de mis padres,
y en ella guardo recuerdos,
enfados y antipatías,
penas y remordimientos,
sentimientos y alegrías.
Cuando me dieron la caja,
mis padres fueron metiendo
cosas para que guardara,
y quiero darles las gracias
pues con el paso del tiempo,
la caja se me llenó,
de amor, de dicha, esperanza
de alegría y de ilusión.
Siempre la llevo conmigo
y su mejor recuerdo: Su ejemplo.
Ahora comparto mi caja
con mi esposa y con mis hijos,
con las personas que quiero,
mis conocidos y amigos,
pero la caja se llena y
otras veces se vacía
y de dolor se resiente,
por el llanto, la alegría,
las emociones continuas
que nos produce la vida.
Ahora mi caja no es nueva
porque tiene mucho tiempo.
Del uso está desgastada
pero es la única que tengo
y aunque tenga rozaduras
sigue llena de ilusión.
Es la que mueve mi vida,
donde guardo mis recuerdos,
donde guardo sentimientos.
Mi caja: mi corazón.



Anbairo

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miércoles, 2 de diciembre de 2009

COMO DOS ADOLESCENTES



La mirada hacia ninguna parte, la comisura de los labios cerrada a la sonrisa y el corazón con sonido acompasado me acompañan junto a mi fiel amigo "Rocco" en este atardecer otoñal.


Hace apenas unos instantes he dejado las labores de la tierra. El sonido intermitente del teléfono móvil con una canción muy significativa de la cantante Malú llama mi atención pero cuando consigo localizar el dichoso aparato revuelto junto a tornillos y alguna tuerca que ocupa gran parte de mi bolsillo, la dulce melodía ha dejado de sonar, y su acompasado ritmo da paso a otro sonido menos agradable anunciando un mensaje: "una llamada perdida" Es mi chica, mi compañera, la madre de mis dos hijos, entre los dos tenemos una contraseña, bueno más que una contraseña es tratar de llamarnos a unas horas determinadas para que la factura del teléfono sea menos costosa; son las siete de la tarde y ahora le corresponde por la franja horaria que tenemos contratada, llamarme ella a mí, espero y no pasa mucho tiempo en sonar de nuevo la canción de Malú.
Solo unos minutos de conversación pero muy gratificantes, a veces necesito mi soledad, pero el sonido de su voz me transporta y me llena. Ya no somos unos adolescentes pero su voz jovial me recuerda nuestros mejores momentos:



COMO DOS ADOLESCENTES

Los peces se agitan
en masa a la orilla del acantilado
al notar tu presencia, nuestra presencia.
La medusa a veces blanca
a veces transparente, nos saluda
y con su danza nos invita al diálogo.
No suenan las palabras.
Los pensamientos se agolpan
y nuestras miradas hablan de deseo.
-Que tranquila está la mar
-Cuidado, no vayas a resbalar.
Tiendo mi mano y noto tu piel suave, apetitosa.
Tu mano insinuante me acaricia.
Como dos adolescentes es nuestro comportamiento,
te excitas con mis caricias y suspiras con anhelo.
¿Dónde estás? ¿Ha sido un sueño?
Te guardo en mi pensamiento y te imagino a mi lado
mis caricias, tu silencio; no es un sueño.
Junto a aquel acantilado donde hablaron las miradas de deseo
estuvimos abrazados como dos adolescentes.
Mis caricias, tus suspiros, nuestro anhelo.
La brisa golpea mi rostro y mi mirada se pierde
en la lejanía del horizonte.
Recuerdo las palabras que no suenan,
las miradas de deseo y siento nostalgia
de lo que pudo ser y no fue.
Los peces ya se han marchado.
La medusa ya no baila y yo sigo esperando,
tu voz despierta el interior de mis pensamientos
y nuestras miradas hablan de deseo incontenido.
Nuestras manos se envuelven en una caricia
y nuestros cuerpos se arrullan en un abrazo intenso, caluroso.
Como dos adolescentes es nuestro comportamiento.
¿No es hermoso?
Te excitas con mis caricias y suspiras con anhelo.
Ahora se que eres real.
Mis caricias, tu silencio … No es un sueño.

Anbairo