Voces gritan ahogando silencios
con el desespero del desgarro,
llenando el amanecer de colores opacos
y sonidos de fracaso.
Hundida la conciencia borrosa
de su frágil inocencia, llora su culpa,
provocando incertidumbre
entre el deseo y el sentimiento.
Vientre deshinchado, cuna vacía,
abrazos incumplidos, besos negados,
caricias no deseadas, lloradas,
aúllan en el rastro del tibio amor perdido.
Puertas cerradas para ojos suplicantes
y carne inocente que no vio la luz,
sufre el abrazo de la pálida muerte
en la oscuridad del desamor.
Anbairo