Un asilo de ancianos es el lugar donde personas mayores que no necesitan necesariamente asistencia hospitalaria, pero si cuidados especiales, acuden en algunas ocasiones voluntariamente.
Otras muchas veces sin embargo por motivos económicos o del trabajo de sus familiares, los aboca a llegar a esos lugares en contra de su voluntad.
JUVENTUD PERDIDA
Una pareja de ancianos
con la juventud perdida,
descansan bajo la sombra
lo que les queda de vida
en aquel lugar tranquilo.
Él, con la cara triste,
su rostro, envejecido.
Ella, ausente, callada,
esperando en el asilo
el premio que han merecido
por los desvelos constantes
que a lo largo de su vida
tuvieron para sus hijos.
Cuando por fin se deciden,
comentan entristecidos
que después de mucho andar,
después de largo camino,
han viajado por la vida
llegando a ninguna parte,
y recuerdan paso a paso
el sendero recorrido.
La anciana hace una mueca.
¿Una sonrisa? ¿Un quejido?
Los ojos se le acristalan
y por sus negras ojeras,
se deslizan unas gotas
de color muy cristalino,
las lagrimas que quedaban
se secan en el camino
al cruzar los grandes surcos
de su rostro envejecido.
El anciano cabizbajo
ayudado por su esposa,
con los ojos empañados
y la ayuda del cayado,
se alza medio encorvado.
Saca fuerzas de flaqueza
y con voz entrecortada,
grita desesperado:
¡Dios ¿Estás ahí? No te veo!
Tú eres padre, yo también,
y si tu exiges amor
entre nosotros tus hijos...
¿es que yo no me merezco,
que a mí me quieran los míos?
-Ahora se escucha el silencio.
La anciana suelta un suspiro.
Con una mirada tierna
y las manos temblorosas,
abraza a su anciano esposo
que balbuceante solloza,
lanzando su mirada errante
a la verja del asilo
esperando como siempre,
la visita que no llega,
de sus hijos... de un amigo.
Anbairo
Muy triste octosílabo, romance de ancianos, en soledad real al término de su vida. Inevitablemente, cuando se ingresa en un asilo, se deja de frecuentar a los hijos. Unas veces, porque la vida real exige a los hijos dedicar la mayor parte de su tiempo a trabajar y cuidar de la familia que han creado, otras porque hay hijos sin amor y ceden en su obligación de atender a sus padres cuando se o los asilan. Pero en todo caso, existe momentos muy difíciles en la vida de los ancianos cuando, como tú tan bien describes en tu poesía, se encuentran de frente con la soledad al término de sus vidas. Me ha emocionado tu poema. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarQuerido poeta y amigo Anbairo: Recuerdo una no se si pequeña historia o fragmento de película japonesa o china.
ResponderEliminarUna familia formada por matrimonio, un hijo y el viejo abuelo. Un día al viejo abuelo se le cae el plato de porcelana de su comida. Su hijo le echa una terrible reprimenda por su torpeza y le dice que no comerá más en un plato de valiosa porcelana y le da un cuenco de madera para el resto de sus días.
A los pocos días el niño está con una navaja y un trozo de madera haciendo virutas.
El padre le pregunta qué es lo que está haciendo. Después de mucho insistir el niño le dice que está haciendo dos cuencos para cuando ellos sean viejos.
El padre cae en su actuación para con su padre y desde ese día volvió a comer el abuelo, en la mesa con un bonito plato de porcelana.
El niño dejó de hacer virutas.
Yo conocí poco a mis padres y tengo 7 hijos pero en absoluto pienso ser una carga, bien sabe Dios que no es por orgullo. Lo tengo asumido pero es cierto que quiero hacer algo por ellos como el dedicarles un tiempo en visitarles y ver lo que puedes hacer por ellos, cosa que ya hacía de joven...
Un abrazo
Querido amigo Fernando:
ResponderEliminarEs lamentable, pero cierto lo que dices y lo que trato de transmitir en esta poesía.
Con ella trato de concienciar, no de concienciarme pues por desgracia no tengo a mis padres ni en esta situación ni vivos, pero si de lanzar al viento mi protesta para todos aquellos que abandonan en contra de su voluntad a esos seres que todo lo han dado por nosotros. (Nuestros padres)
Recibe mi saludo cordial y mi poetabrazo
Amigo MAN:
ResponderEliminarConmovedora la historia que comentas pero terriblemente cierta. Yo la conocía de un pequeño pueblo de nuestra Región y decía lo siguiente:
Iban un padre y un hijo caminando por unos escabrosos caminos del pueblo hacia la ciudad y después de haber recorrido largo trayecto, el hijo
paró para sentarse en una piedra y hacer un alto en el camino.
Fue entonces cuando el padre le dijo:
En esta piedra me senté yo cuando llevaba a mi padre al asilo.
El hijo miró a su padre, le dio una palmadita en el hombro y se marcharon de vuelta a casa.
Amigo MAN: Hoy la vida es diferente, por lo menos para algunos. Yo también tengo asumido lo de tratar de no ser una carga, pero...
Solo Dios sabe lo que nos tiene preparado el destino.-
Me alegro verte por aquí. Recibe mi abrazopoeta
Ambario, amigo y poeta, qué hermosas y tristes palabras dedicas a todos los que están en la recta final de su vida. Vivimos en una sociedad que no quiere problemas, el objetivo es consumir para alimentar el mercado capitalista, todo debe hacerse rápido, sin pensar; no hay tiempo para el cariño, para la familia, para atender al débil. Toda la energía que tenemos hemos de utilizarla en comprar y comprar para seguir engordando los bolsillos de los mismos. Nos mandan constantemente este mensaje por todos los medios de comunicación y, como estamos tan ocupados y no tenemos tiempo de pensar, hacemos caso y seguimos consumiendo. En esta cruel carrera, no hay lugar para los viejos, no hay lugar para el amor. Sólo espero que sea una moda y que pase pronto.
ResponderEliminarMe encantó este post.
Un abrazo.
Amigo Antonio:
ResponderEliminarA la hora de decidir qué hacer con unos padres que necesitan asistencia suelen tomar los hijos inconscientemente como referencia lo que hicieron sus padres. A ello me sumo.
A pesar de eso hoy es cada vez más raro que se asumir la carga de cuidarles en casa, en el entorno que ellos han vivido, y conocen. pero es bonito no abandonar la noria que es la vida. Para un anciano ha de ser muy duro descubrir la soledad, la falta de cariño.
Un abrazo
Hola, Anbario:
ResponderEliminarBello poema que retrata muy fielmente una cruda y triste realidad: La suerte de muchos ancianos que sufren a causa de la ingratitud de sus seres queridos y esperan día a día un beso de amor que nunca llega.
Y, pensar que todos seremos viejos, tarde o temprano.
Abrazos.
Amiga Mercedes:
ResponderEliminarEfectivamente vivimos en una sociedad que no quiere problemas añadidos.Nadie los quiere, pero quiero pensar como tú dices, que esto es una moda que pronto pasará, por el bien de nuestros mayores y que sean ellos los que decidan si tienen capacidad de decidir, lo que más les conviene a ellos y a su familia.-
Mi abrazopoeta y mi respeto añadido para ti amiga Mercedes
Hola Ambairo:
ResponderEliminarQue me robas una lágrima poeta, he visto tantos ancianos en esa condición, viejitos canosos que esperan aislados y solos, la visita de un hijo que nunca los visita...¿Por qué se olvida que todos llegaremos a viejos?, ¿por qué nos olvidamos? que esos seres menudos, débiles, una vez nos tomaron en brazos, nos enseñaron a caminar, nos alimentaron...¿Por qué olvidamos tan pronto?.
Un abrazo para ti.
Amigo Juan:
ResponderEliminarEs difícil tener que decidir por nuestros mayores, aunque soy consciente que en algunos casos hay que tomar tal postura.
Lo cruel es tomar decisiones en contra de la voluntad de alguno de ellos si son conscientes de que se han convertido en una carga para sus hijos.
Recibe mi poetabrazo amigo poeta
Hola amigo Rafael:
ResponderEliminarAgradezco tu visita y tu comentario, siempre tan acertado.
Todos llegaremos a viejos si Dios lo quiere y seguramente tendremos como pago lo que hayamos sembrado.-
Recibe mi abrazopoeta amigo
Hola amiga Taty:
ResponderEliminarNo es mi intención robarte una lágrima.
Nos olvidamos de nuestros mayores por que se están perdiendo los valores de la familia, esa familia que solo la queremos por egoísmo y que nos aprovechamos de ellos mientras están cubriendo nuestras necesidades y luego, los dejamos aparcados como un mueble que ya no sirve ni de decoración.
Espero que la "Sociedad" cambie por el bien de todos los que nos acercamos a ese ciclo.-
Gracias por tu comentario y recibe mi besopoeta amigo.
Querido amigo: un poema conmovedor, visceral, intenso y vibrante, espejo de la realidsad misma. Doloroso y durísimo. Un abrazo grande.
ResponderEliminarQuerida Alma:
ResponderEliminarTrise y conmovedor,pero cierto como la vida misma.
Es lamentable que estos mensajes no lleguen a los corazones de esas personas que dejan por comodidad a sus seres queridos en buenas manos dicho sea de paso, pero al fin y al cabo, en manos ajenas.
Recibe mi besopoeta amigo
La verdad Ambario, que nuestros mayores son muy maltratados. El mundo no está preparado para la vejez. es una pena.
ResponderEliminarbss
Mónica
triste realidad que en todos lados se ve
ResponderEliminarun momento que todos compartiremos sin duda
besitos d eluz
Monica López:
ResponderEliminarEs una pena que no estemos concienciados para dar a nuestros mayores una calidad de vida que se merecen, pero seguramente recibiremos lo que damos.-
Gracias por tu comentario y mi besopoeta amigo para ti
Amiga Elisa...Lichazul.
ResponderEliminarAmor con amor se paga. Eso es lo que dice el eslogan, pero la realidad es otra.
Todos llegaremos si Dios quiere a esa "Triste vejez"
Gracias querida amiga por tu visita y tu siempre gratificante comentario.
Un besopoeta amigo
Anbairo, has apuntado magistralmente una cruel realidad. Supongo que los tiempos que vivimos la hacen muy propicia, pero no por ello deja de ser muy triste.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Hola amigo Jorge:
ResponderEliminarMe alegra verte por aquí de nuevo.
Gracias por tu comentario.
Sigo tus poemas que realmente son bellos.-
recibe mi abrazopoeta amigo
Querido Anbario:
ResponderEliminarMe has dejado con el corazón encogido. Versificas una situación que todos conocemos pero que a cierta edad nos da miedo pensar en ella. Tu poema es de una enorme tristeza pero de un realismo sin par. La soledad es terrible, es algo que me da verdadero miedo, tanto es así que en cierta ocasión escribí estos cuatro versos:
LA SOLEDAD
Triste y funesta señora
que paseas por la sociedad,
nadie te quiere ver cerca,
¡ bruja y maldita soledad !...
Un abrazo, querido amigo.
.
Unas manos con surcos de vida tan marcados son el libro abierto de muchas experiencias que aportan a las nuevas generaciones el olor del trabajo, sed y amor; el amor de acariciar de abrir ventanas para que nos entre el nuevo sol de cada día...Por eso y por mucho más ¡NO A LOS ASILOS!... SI A LA OBLIGACIÓN COSIDA CON EL OMOR DE CUIDAR Y BESAR ESAS MANOS QUE TANTO HAN DADO". Que fácil es meter a los ancianitos en los aparcaderos. Antaño no tenían pensiones y eran cuidados como el pilar más fuerte de la casa, ahora todos cobran algo y siguen perdides en el caudal del amor.
ResponderEliminarSe debe de enseñar a los más jóvenes que ancianidad es sinónimo de mucho, y mañana sabrán tener a sus padres en casa con ellos.
Un abraciño.
Primera vez que abro tu caja, Ambairo y me topo con el abandono inmerecido, aunque bonitos sean los versos no transforman la realidad.Y menos mal que la soledad de a dos se lleva mejor.
ResponderEliminarTe leeré más, gracias por darme esta oportunidad.
Un beso
Querido amigo y poeta Terly:
ResponderEliminarEn primer lugar, darte las gracias por tu comentario lleno de sensibilidad y acompañado por esos cuatro versos que por su contenido podrían formar parte de este poema dedicado a la soledad de los ancianos.
Recibe mi poetabrazo amigo.
Rosa María:
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu comentario que ha llegado con fuerza y contundencia, evocando la figura de esas personas que han labrado sus vidas y parte de las nuestras con esas manos llenas de surcos como bien dices que bien podrían ser como un libro abierto lleno de experiencias y conocimiento y que se les deja abandonados como un objeto cualquiera que no tiene sentimientos.-
Gracias por pasar por esta tu casa y llévate mi besopoeta amigo
Hola Militos;
ResponderEliminarEspero no sea la última esta tu visita a esta caja donde seguro encontrarás de todo, pero eso si, producto de sentimientos de alegría y tristeza, nostalgia e incertidumbre.
Gracias por tu visita querida amiga, recibe mi cordial saludo y mi besopoeta amigo.
Amigo ANBAIRO, triste y real lo que cantas en tu linda poesía, por desgracia así hacemos la vida, solo pensamos en nosotros mismos, sin parar a pensar en los males de los demás
ResponderEliminarAbrazo
M. Ángel
Hola M. Angel
ResponderEliminarLa "Sociedad" en la que vivimos, la hemos hecho a nuestras comodidades y Dios no lo quiera que paguemos las consecuencias.
Gracias por tu visita amigo, recibe mi abrazopoeta
las residencias geriatricas son la smoradas del final lo se por experiencia besitos gaviota
ResponderEliminarHace más o menosun año, visité una residencia de ancianos. Acompañaba a una amiga, que pensaba ingresar allí a una tía. Tras pedir infirmación, salimos de allí, casi a la carrera, en silencio...Al llegar ambas al coche y sentarnos, rompimos a llorar.
ResponderEliminarLo pensé mejor y su tía, a veces sola, a veces en compañía, permanece en su hogar.
Es muy duro un lugar así, incluso para ir de visita.
Has creado un duro poema y. aún así, hermoso en su fondo.
Saludos
Gracias gaviota por tu paso por esta tu casa y por tu comentario.- Nos seguimos. Te mando mi besopoeta amigo
ResponderEliminarAmiga TriniReina:
ResponderEliminarTe imagino ante tal situación y me alegro de la decisión que al final tomó tu amiga respecto a su tía.
Agradezco tu paso por mi casa y tu bello comentario.- Nos seguimos.
Recibe mi besopoeta amigo.