Hoy 21 de Enero día de luto y mi homenaje a Juan Buigues Paredes
Querido hermano:
Por que... ¿Te puedo llamar hermano? Yo así me he considerado para ti durante el tiempo que nos hemos conocido.
Los recuerdos acuden a mi como diapositivas y los sentimientos se agolpan como queriendo desbordar nuestros momentos felices y sobre todo de nuestra realidad en el terreno humano y en el afectivo, porque me quedo con eso.
Quiero rendirte mi pequeño homenaje con esta foto de un atardecer, que como tú, se marcha dejando triste el momento, tomada desde el campo donde me encuentro así como este poema improvisado:
¡Alguien se ha ido¡
-Gritaron en la cofradía-
¿Quién es?... ¡No puede ser¡
Estoy pelando cebolla
y me invaden tus recuerdos:
Tu guitarra, el wisqui de JB
y aquella frase tan tuya:
En la Rambla de la Murta...
con la que yo me he quedado.
En la Rambla de la Murta...
con la que yo me he quedado.
Estoy llorando angustiado.
¿Por la cebolla? ¿Por ti?
No lloro porque te has ido,
sino porque me has dejado,
porque te fuiste sin mi,
porque no estás a mi lado.
Te fuiste sin avisar
y no te lo tengo en cuenta,
pero te echamos de menos
pues has dejado muy triste
pues has dejado muy triste
mi querido J. B.
a todos los que te queremos.
LOS
OJOS DE MI NENA
Como ventanas abiertas al mar.
Como la luz del amanecer
y como lumbreras en la noche,
son los ojos de mi nena.
Cómo me duele su cara triste.
Cómo sufro con su dolor.
Estoy lejos, pero la llevo dentro
y sus lágrimas recorren mi rostro
en sus noches de soledad.
Como cáscara sin fruto.
Como veleta sin viento.
Como cuaderno caduco
y como baso sin agua,
así es la vida Isabel.
La tristeza de su cara
refleja su sufrimiento.
Sus ojos grandes perdieron
el brillo de la ilusión.
Tanto tiempo para todos
y ahora se encuentra sola
con los ojos entornados
llorando en la habitación.
Siento dolor, tengo pena
de no poder estar cerca
de la hija de mi madre
para ayudar a mi nena.
Ya no veo en su mirada
el brillo del amanecer.
Ya no escucho su sonrisa,
la sonrisa de mi nena,
la sonrisa de Isabel.
Goza mi alma cuando mi cuerpo sufre, triunfa mi espíritu cuando mi enemigo me hostiga, mis ojos vislumbran miseria y mis oídos oyen necedad.
Cuando cierro los ojos veo luz y grandeza a mi alrededor.
Cuando cierro los ojos oigo voces tranquilizadoras que llenan mi vacío y la paz que me reconforta, me invita a seguir el camino que se me ha marcado desde mi principio.
DESPERTAR
Amanece en la noche de mi vida,
florece en mí tu campo al despertar,
oigo en mi boca la palabra, tu palabra
y me apresuro a seguir el camino
que marcaste con la huella de tu cruz.
Eres mi luz, candelero que ilumina
mis noches y madrugada.
Eres el jardinero que cuida con gran esmero
las flores de mi jardín.
Eres mi Dios, mi sendero,
eres ejemplo de amor,
Jesucristo Nazareno
que por mí diste la vida
clavado en aquel madero.
Sin ti la vida no es vida,
contigo, por ti yo muero.
Amanece en mí
el despertar de tu ejemplo,
florece en mí
la semilla de tu amor.
Anbairo
Excelente poema místico, amigo Antonio.
ResponderEliminarHola mi buen amigo, aquí también perdí una maravilla que ahora con tranquilidad voy recuperando y las disfruto mejor en Paz y Sosiego.
ResponderEliminarTienes el alma llena de hermosos sentimientos.
Un abrazo.
Ambar.